
Tal como se anunció el pasado 11 de noviembre, en la ceremonia de sepultura del Siervo de Dios José María Hernández Garnica, el viernes 9 de diciembre se celebró en la iglesia de Santa María de Montalegre la tradicional misa en sufragio por su alma, en el 39 aniversario de su fallecimiento, el 7 de diciembre de 1972.

A la misa, que celebró el rector de Montalegre, asistieron numerosos fieles. Para los cantos se contó con el acompañamiento al órgano de Josep Masabeu.

En su homilía, el rector recordó los diferentes pasos en su proceso de Canonización y el itinerario seguido hasta poder tener a D. José María Hernández Garnica en su nueva sepultura en Montalegre. Todo ha sucedido mucho más rápido de lo que cualquiera podía esperar.

A la vez que recordó el gustoso deber que tenemos de rezar por su alma y la de todos los difuntos, resaltó el convencimiento de muchos devotos en su poder de intercesión ante el Señor: “¡A mí me ayuda!”. Y animó a los presentes a seguir difundiendo su devoción privada, por el bien que puede hacer, confiando en que, si el Señor así lo quiere, conceda el milagro necesario para que la Iglesia pueda confirmar su santidad de vida.

Al acabar la eucaristía, y después de cantar el Virolai, muchos de los fieles se trasladaron a la capilla del Santísimo, donde se encuentra la nueva sepultura del Siervo de Dios. Allí, el rector de Montalegre rezó un responso por su eterno descanso.

Muchos comentaban que ahora los restos de D. José María están mucho mejor acompañados y que, como es propio de una persona agradecida, seguro que se notará en su fuerza de intercesión.

